Para ser madrileño, sólo hay que vivir en Madrid

¡Bienvenido a casa! Madrid ha sido siempre ciudad de acogida, desde sus orígenes. Los fenómenos migratorios de todos los siglos siempre han tenido reflejo en esta ciudad crisol de culturas. Si durante el siglo XX sirvió de acogida a personas de todos los lugares de España, hoy recibe con los brazos abiertos a gente de todos los lugares de Europa y del mundo.

Si acabas de llegar, siéntete madrileño; no tardarás más de un par de horas en conseguirlo. Sal a la calle y esconde durante un rato la cámara y el mapa. Camina por las calles como uno más, entra en un bar y pide algo: verás como, en menos de lo que crees, estarás hablando con alguien, quizá alguien que también pensó pasar unos días en Madrid y lleve ya varios años viviendo aquí. Así es Madrid, una ciudad para la gente, una ciudad activa en la que siempre hay algo interesante que hacer. Las relaciones sociales se entremezclan con el trabajo y el descanso. Las oportunidades para descubrir cosas nuevas, las verás a la vuelta de la esquina. Muévete, Madrid te acompaña.

La vida transcurre en el exterior gracias a la oferta de espacios abiertos para disfrutar, que es uno de los principales atractivos de Madrid. No es necesario tener una agenda predefinida. Sal a la calle y camina, deambula sin rumbo fijo. Te sorprenderá que siempre parezca que hay algo más interesante en la siguiente manzana y, al girar la esquina, seguramente descubrirás ese lugar que quizá se convierta en tu rincón favorito.

Ciudad abierta por naturaleza, aquí siempre se ha acogido a quienes han querido vivir según sus propias convicciones y prueba de ello es el barrio de Chueca, un ejemplo internacional de recuperación de una zona de la ciudad convertida en un espacio para la libertad único en el mundo. Vivir en Madrid es tener la mente preparada para los cambios, creer que las cosas siempre pueden estar mejor es una obligación y analizar la realidad con ojos críticos forma parte del espíritu madrileño. Ser de aquí es un concepto tan abierto a la participación de los que se incorporan cada día a la vida de la ciudad que puede ser visto, en ocasiones, desde una perspectiva de pérdida de identidad. ¿Tú que opinas?